domingo, 28 de marzo de 2010

Hubo una vez en la que las canciones dejaron de contarme cosas. Escuchaba Death cab for cutie, incluso Iron and wine o hasta atrevería a decir que Iván ferreiro y nada, ni un pelo de punta, ni una efímera subida de adrenalina, ni una leve aceleración del pulso, absolutamente nada. Por suerte esa época de vacío escéptico acabó rápido y lo habría olvidado por completo
si no fuera porque hoy volvió a ocurrirme la misma sensación de conformismo emocional. Sonaron varios grupos aleatoriamente en mi ipod durante toda la tarde y sólo recuerdo que pestañeé alguna vez. Cómo cuando muere un amor y respiras pero sientes que te has ido. Por el momento seguiré colgada en Spotify, esperando ese algo que me devuelva otra vez a la vida.



No hay comentarios:

Publicar un comentario