martes, 30 de marzo de 2010

los plátanos son para las chicas que visten de zebra


Era un martes y me pasé la mañana escuchando canciones para chicas. El aire se quejaba como si todavía fuese otoño, como si esperase arrancar algunas hojas a noviembre en cada soplido. Me recordaba al murmullo que emite tu alma justo antes de dormirse conmigo. Caliente y serena. Pero eterna. Apoyé la cabeza en tu pecho, que todavía ardía, y poco a poco el hielo de mis pestañas se deshizo, resbalando a poniente por tu estómago, ondulando tus costillas. Recordé las letras que hablan de desamor y lo que costó que dejaran de doler. Y mientras tarareaba bajito ahí me quedé, acostada sobre nuestra historia, como si fuese el colchón que me sostuvo cuando mi piel era glaciar, cuando tragaba mis ganas de llorar, cuando decías que ya no me podías querer más.

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